No es que sea exigente, tampoco que no salga o que sea una especie de amargada ermitaña, no, no es nada de eso; al contrario, soy una mujer muy sociable, tengo muchos amigos hombres, tengo aventuras, me divierto y disfruto de los placeres de la vida, soy una mujer romántica, creo en el amor, pero simplemente no se me da eso de enamorarme al grado de querer comprometerme, hasta el momento. Sin embargo, y aunque me haga feliz, las mujeres como yo debemos enfrentar recurrentemente situaciones como estas:
1. Te etiquetan como la “fácil”
Es muy común recibir esa sentencia cuando no tienes un novio formal pero sí sales con uno que otro chico. La impresión que puedes llegar a dar es de una mujer que vive explotando su sexualidad al máximo con uno o varios hombres, pero la realidad es que los fines de semana tu mejor compañía es Netflix, y tu perro.
2. Se preocupan por ti y te consuelan por ser soltera
Tías, primas, amigas y anexados llegan a preguntarte si estás bien, y cuando les contestas que todo está excelente te dicen una frase parecida a esta: “no te preocupes, algún día va a llegar el indicado”.
3. Hay hombres que creen que necesitas de ellos
Nunca falta quien te dice “¿tan guapa y sin novio?”, inmediatamente después corres lo más lejos posible, no hace falta dar muchas explicaciones.
4. La mayoría de tus amigos se casan y/o tienen hijos y tú…
Ni siquiera puedes decidir qué ponerte. Sólo tienes que preocuparte de cómo vas a ir vestida a la boda y/o qué regalar en el babyshower. ¡Dios Santo! Ese no es un problema.
5. Llega un momento donde te gustaría volver a sentir que amas
Pero te detienes y observas que todo ese tiempo que has estado soltera ha sido para conocer, disfrutar y gozar de ti misma. Cuando esa preparación llegue a su fin y encuentres a una pareja a la que ames y no necesites, agradecerás haber aprendido a amarte a ti misma, antes de amar a alguien más.
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