Lauren Nordberg es madre de Elliot, un niño de 6 años con autismo. Ambos viven en Washington y disfrutan pasando el día a día juntos. A veces Elliot, debido a su condición, pone problemas por pequeñeces. Por eso, cada vez que se porta bien, Lauren busca formas de recompensarlo. Eso sucedió en una ida al dentista; Elliot se portó de maravilla y para premiarlo su madre decidió llevarlo a su restaurante favorito.
Él quería comer panqueques y pasar tiempo junto a su madre. Entraron al local y vieron que estaba atestado de gente, debido a eso tuvieron que sentarse en una mesa que no era la habitual. Elliot comenzó a poner problemas, ya que a él le gustaba estar siempre en el mismo puesto. Lauren había olvidado llevar los objetos para calmarlo (audífonos, juegos, iPad, etc), y por eso tuvo que hacer un gran trabajo para que la situación no se le saliera de las manos.
La gente la miraba, así que salió afuera del local con Elliot y ahí lo calmó. Una vez que estuvo bien volvieron a entrar, fue entonces que pidió la cuenta de la comida y se dio cuenta de algo inesperado: un extraño había pagado por ella y le había puesto una nota que decía “¡Ten un gran día! ¡Estás haciendo un estupendo trabajo! Dios los bendiga, de una madre que sabe”.
Lauren comenzó a llorar de emoción, lo que hizo que Cyndi Moody, la dueña del restaurante, también derramara lágrimas
“Estoy acostumbrada a mirar para abajo, y no a que mi almuerzo sea pagado por otra persona que además escribió una nota demostrando compasión. Él tiene autismo, así que no importa lo que yo haga, no va a cambiar”.
-Lauren Nordberg-
Lauren y su esposo Josh han tenido que soportar a muchos extraños que intentan decirles cómo criar a Elliot. Ellos no entienden su condición, entonces, tras observarlo desde lejos, se acercan para recomendarles que lo castiguen o le den alguna reprimenda. Por eso es que valoran tanto el gesto amable de la mujer desconocida…
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