¿Y qué si hoy no ha ido como lo tenías pensado, y qué si tus planes no han gustado a nadie, y qué si te han rechazado, o si no ha sido tu mejor cita, o no has encontrado al amor de tu vida, o te has dado cuenta de que la persona que creías que podría ser la indicada para formar una familia, ahora no podría ser ni tu amigo? ¿Qué más da si no te ha tocado la lotería, o si no has tenido mucha suerte últimamente?
No importa si tenías unas expectativas y unas normas para tener un futuro de película. Las normas están para saltárselas. Y no cabe duda que aunque no hayas llegando a donde querías llegar, aún puedes borrar tu pizarra de normas y empezar una nueva, conforme al presente.
Por eso, no hay motivo para llorar o estar triste por no haberlo conseguido. Cada día es una oportunidad nueva para hacer lo que te apetezca, y siempre, buscar un motivo por el que sonreír.
Porque aunque no tenías pensado terminar viendo una película en tu casa un sábado, habrá más sábados, el sofá es muy cómodo y los zapatos no. Aunque tus planes no sean los mejores, puede que los del otro te gusten más, y si no, hay más días para proponer los tuyos. Aunque ese chico o chica te haya rechazado, hay otras tantas personas esperando para no hacerlo, sé paciente y búscalas. Aunque esa persona te haya decepcionado es lo mejor que ha hecho para que dejaras de confiar en ella y empezar a confiar en otra que no te decepcione. Y aunque hoy haya sido un día triste, antes de ir a dormir sonríe porque mañana podría ser uno feliz.
Además, dicen que al sonreír fortaleces tu corazón, sonríe cada día, te lo pide el cuerpo.
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