Cuando la madre de Julia Napolitano no pudo asistir a su boda el pasado noviembre de 2015, la novia llevó la recepción de la boda hacia ella. La madre de Napolitano fue diagnosticada con la enfermedad de Alzheimer en octubre de 2009. Linda Napolitano, de 66 años, ya no reconoce a su familia y ha perdido la capacidad de hablar. Ahora vive en un centro de atención asistida en Menomonee Falls, Wisconsin (EE.UU.).
Pero Julia, 30 años, su única hija, quería que su mamá fuera parte de su gran día a pesar de que seguramente no lo recordaría al día siguiente.
“No podía imaginar que mi mamá no estuviera presente”.
-La novia a Huffington Post-
Y su marido, Justin Phillips, de 28 años, siempre estuvo de acuerdo.
“Encontrar una manera para que Linda sea parte de este día era algo que pensamos desde el principio”.
Por suerte para la pareja, la iglesia donde se llevó a cabo la ceremonia religiosa estaba muy cerca del hogar de Linda por lo que no tuvieron problemas para visitarla con algunos invitados. Sin embargo no todo estaba asegurado y para Julia habían cosas preocupantes:
“Mi preocupación era ‘¿Qué pasa si ella está teniendo un mal día? ¿O si se siente abrumado por tanta gente? ¿Y si se preocupan los otros invitados?’ No queríamos más retos”.
Phillips dijo que muchos de los invitados a la boda no veían a su suegra hacía muchos años por eso la sorpresa fue increíble.
“Dejamos que todos los que conocían a Linda antes del diagnóstico pudieran venir, pero que probablemente no los reconocería. Todos fueron muy serviciales”.
No hubo ningún problema en la recepción. Los invitados tuvieron bebidas, comida y un pastel. Incluso el padre de Julia, Umberto, tuvo un pequeño baile con su esposa.
Incluso el resto de los residentes en el centro de atención gozaron de la fiesta.
“Muchos de los residentes reconocieron que algo especial estaba pasando. Me dijeron: ‘Te ves hermosa !’ o ‘¡Hermoso vestido!'”
-Julia Napolitano-
La nueva pareja después fue a otra fiesta a celebrar con el resto de los invitados. Luego de dos meses de la boda, Napolitano reconoció al Huffington Post que la ceremonia tuvo un efecto positivo en su madre.
“Mamá ha estado de buen humor desde la boda – mejor de lo que estaba hace un año”.
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