Se casaron en 1994, tuvieron un hijo y vivieron con todos los lujos entre Nueva York y París. Su historia de amor hubiera sido perfecta si no fuera por un pequeño detalle: el esposo se divorció en secreto a sólo meses de la boda para proteger sus bienes. Tras 20 años de matrimonio, la esposa se acaba de enterar y demandó a su marido para anular el divorcio e intentar evitar la venta del departamento que compartían.
Cristina Carta Villa tenía 39 años cuando se casó con Gabriel Villar de 70. Para ella, la diferencia de edad no fue problema y ha declarado que fue “amor a primera vista”. Pero, al parecer, su esposo no creía lo mismo, porque decidió asegurar su capital tramitando la separación a espaldas de su mujer cuatro meses después de la boda. El divorcio está registrado en República Dominicana, donde ninguno de los dos ha vivido nunca. Por medio de abogados, el esposo tramitó la separación con la razón de “incompatibilidad de temperamentos”.
Cristina se enteró del divorcio al ver que su nombre no estaba en un proyecto de ley de impuestos que llegó en noviembre a su departamento de Manhattan. Para investigar la sospechosa situación, contrató a un abogado y descubrió que su marido había retirado su nombre de la escritura utilizando el divorcio de República Dominicana para demostrar que ella no era propietaria.
La mujer está intentado anular el divorcio para evitar que él venda el departamento de Manhattan, en el que vivían con su hijo. Su principal argumento es que el divorcio no es legal, ya que ella no tenía conocimiento ni dio su autorización. A su favor juega el hecho de que ninguno de los dos fuera a la corte, y que la separación no apareció impresa en el periódico oficial, como lo requiere la ley dominicana.
Para Cristina, la codicia es la raíz de todo el problema, y cree que su esposo quiere vender el departamento para entregarle el dinero a una hija que tuvo en una relación anterior.
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