Muchas veces pierdo la cuenta de las veces que me ilusiono y luego todo sale completamente mal, porque al final mal interpreté las señales donde ni siquiera existían. Siempre he sido una persona completamente sentimental y emocional. Desde el principio al conocer a alguien, me encariño súper fácil y rápido, y si esa persona muestra algo de interés o tiene algo que me gusta, los sentimientos empiezan a nacer sin avisar y sin poderlos controlar.
Soy una persona enamorada del amor o al menos con la idea del amor; y aunque casi nunca las cosas salgan bien para mí, es algo que no voy a cambiar.
¿Sabes por qué? Por qué a pesar de todos los malos intentos, de las veces que he llorado cuando alguien me hace daño, de todo lo que pase… sé que hay una persona ahí afuera que un día sabrá aprovechar todo lo que soy y tengo por ofrecer. Porque no pierdo la esperanza de un día conocer a ese alguien especial que me muestre por qué no funcionó con nadie más. Por qué sé en el fondo de mi corazón que ese día llegará, tarde o temprano llegará.
Al final del día lo que aún tenemos es esperanza, es lo último que se pierde y con eso ya se puede seguir adelante. Probablemente es algo que ya habrás escuchado, y por esa misma razón estás cambiando o dejaste de creer, pero te digo no lo hagas, no dejes que las personas equivocadas te cambien. Eso que tienes es lo que te hace especial, es lo que te hace único y por más que intentes entregarle todo eso a alguien y no funciona, esa persona correcta llegará. Y es justo en ese momento cuando te das cuentas por qué nunca debiste dejar de creer, por qué nunca debiste cambiar o dejar de ser lo que eres.
Si eres así, siéntete orgulloso de serlo. Somos de esas personas que tenemos mucho amor y cariño acumulados en nuestro corazón dispuestos a entregarlo todo a quién nos muestre que es hora.
La mayoría de veces nos damos cuenta de que es una misión suicida porque nada puede salir bien de lo que está pasando, pero todo eso malo que pasa es una forma del destino para decirnos que la persona correcta aún no ha llegado, y que cuando llegue será la más afortunada del mundo. No sólo por estar a tu lado sino porque tiene acceso al corazón de alguien que tiene todo para dar, que tiene todo un universo de emociones en lo más profundo de tu ser, que está con una persona completamente sentimental que está dispuesta a darlo todo, que está con alguien como nosotros.
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